La felicidad es posible

“La felicidad no es una posada al final del camino,
es una manera de caminar por la vida”

Amado Nervo

Siempre vemos a la felicidad como algo en la distancia, o bien como algo que en realidad no está destinado a nosotros. Hemos creado una visión del mundo como un sitio áspero y abrupto que sólo puede ofrecer desdicha y que está destinado a perecer por sus propios males.

Algunos de nosotros consideramos que la felicidad llegará cuando finalmente obtengamos lo que deseamos. Seré feliz cuando:….termine la escuela,…tenga más dinero,….me case,….recupere mi salud,…tenga hijos,….pueda tener mi propia casa,…logre cambiar el coche,….mi negocio sea el más exitoso,….mis nietos vengan a verme,…reciba el reconocimiento que merezco,…mi pareja cambie,…alguien me quiera,….cuando logre hacer,…cuando llegue a ser….

Otros pensamos que la felicidad dejó de ser posible desde hace mucho tiempo. La perdimos por:…haber nacido donde nací,….tener los padres que me tocaron,…el abuelo que abuso,….no haber podido estudiar,….haber perdido la salud,…la mala relación de pareja que he tenido,….las carencias económicas,…mis hijos desagradecidos y vagos,….nunca haber tenido algo propio,….haber fracasado en el trabajo,….los que se murieron antes de tiempo,…los que me engañaron,….el terrible divorcio que viví,…por nunca haber hecho,…por nunca haber sido….

La realidad de nuestra felicidad en el presente, nunca estará determinada por los acontecimientos del pasado, ni será satisfecha de forma permanente en el futuro, al alcanzar algo que hemos anhelado y que al poco tiempo sólo promoverá nuevos deseos.

Si la felicidad en realidad no depende de factores externos, ¿por qué nos hemos convencido de que no es posible vivirla?

De cada uno de nosotros depende el manejo de nuestras adversidades, la forma en que decidamos caminar por la vida. Siempre podremos elegir entre ser víctimas de las experiencias del pasado, que decimos nos determinan para siempre, o convertirnos en el desafiante héroe que asume la responsabilidad de su vida, editando sus propias memorias, decidiendo donde acaba un capítulo y comienza otro y manteniéndose firme en la determinación de no caer en la desesperanza, recordando, como apuntaba Miguel de Unamuno que, “Aún estando en las más sombrías aflicciones, de las nubes negras cae agua limpia y fecundante”, que siempre renueva a la tierra.

Texto tomado del libro Saber Crecer, resiliencia y espiritualidad.
Rosa Argentina Rivas lacayo
Ediciones Urano


1 comentarios:

Anónimo dijo...

Ud. me ha graduado del Curso Superior CMS en Costa Rica. Soy su seguidora y admiradora. Le comunico por este medio que he subido su página en la siguiente dirección:
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Un abrazo, por DIVERSO: Mayela RUIZ MURILLO, Responsable del Gabinete de Búsqueda